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“El nombre de Gladios debióse a Carlos Pellicer, posiblemente impresionado en aquella su juventud romántica por todo lo que fuese fuerza y esplendor, como lo fue Roma en sus días. ¿Y qué símbolo mejor para representar ese mundo imperial que los gladiadores o las espadas de éstos —los gladios romanos? Nos pusimos a trabajar, abrimos despacho —un rincón en casa de los Chávez— y lanzamos el primer número en enero de 1916, año y medio después de la desaparecida Nosotros y seis meses antes de aquella otra famosa revista La Nave, de un solo ejemplar, que Pablo Martínez del Río y los Grandes del México literario de entonces dieron a la estampa en mayo de ese mismo año. Nuestra inconsciencia e ímpetu no tenían límites: perfectos desconocidos, sin más méritos que algunas lecciones más o menos bien dadas, nos habíamos acercado a las figuras que juzgábamos de más relieve para arrancarles —ésa es la palabra— colaboraciones sin remuneración y sin más garantía que nuestro visible entusiasmo y aturdimiento”.
Octavio G. Barreda, “Gladios, San-ev-ank, Letras de México, El Hijo Pródigo”. Las revistas literarias de México
“Gladios procurará el estímulo de los artistas y la divulgación de la ciencia y el arte no sólo por los medios netamente periodísticos sino organizando veladas, recitales literarios, conciertos, concursos, exposiciones de pintura y escultura, etc., etc.”
Luis Enrique Erro, Gladios 1
“Me dice Xavier que (como yo temía) La Nave no resulta productiva y habrá que suspenderla. Lo comprendo. Pero no importa. La Nave representa con su solo número (el viaje de Pedro y el Marqués, como el de Cravioto cuando Savia, de seguro le dará el golpe final), el nuevo grupo superior de México, y como tal vale mucho. Ya temía yo que la representación de la intelectualidad en 1916 en México la tuvieran Gladios u órganos por el estilo. (Pedro Henríquez Ureña a Julio Torri, 29 de julio de 1916.
(Pedro Henríquez Ureña a Julio Torri, 29 de julio de 1916. Citado por Anuar Jalife en Rebeldes y redentores: la juventud en las revistas literarias mexicanas (1916-1919): Gladios, La Nave, Pegaso, San-Ev-Ank y Revista Nueva)
“En la sección de la revista llamada ‘Reproducciones’ aparece —medianamente dibujado por un tal Jan Stika— un gladiador de bigote, abrumado por su casco, con la red de batalla sobre sus bíceps enormes. En su mirada perdida y su gesto perseverante, el joven Pellicer refrendó la actitud de unos muchachos posrevolucionarios dispuestos a enfrentar a los leones de la ignorancia y el fanatismo, y a los nubios de la improvisación y el retraso. Ese gesto del tabasqueño gladiador puede bien abarcar al grupo que emprendió la que, quizás, fue la primera empresa cultural bajo la especie de la revista en el México que salía de la larga noche revolucionaria.
Guillermo Sheridan, Breve revistero mexicano
“Debe tener buen ojo el director de esta revista, pues con excepción de ese señor Enrique Ortega Flores, los demás son o serán sin duda gente conocida”